La historia de los pigmentos ha sido la historia de la humanidad en busca de colores cada vez más naturales con los que representar la realizad. Sin embargo, no todos los colores han sido fáciles de conseguir. Algunos pigmentos pueden producirse de forma natural a través de minerales o arcillas muy comunes a lo largo del globo, pero otros han sido a lo largo de la historia un auténtico lujo, un pigmento extravagante cuyo uso estaba reservado para clases altas y adineradas, las únicas con capacidad para importar minerales de tierras muy lejanas. Ese es el caso del azul.
Hallar un pigmento azul ha sido muy problemático a lo largo de la historia porque no existen muchos minerales de ese color, y los que hay sufren una degradación importante. Los egipcios conocían dos minerales, la azurita y el lapislázuli (laurita) pero no las utilizaban como pigmento por diversos motivos. En el primer caso por su degradación con la humedad y el el segundo por la dificultad de manofactura o la singularidad de su procedencia (solo a partir de la edad media se consiguió trabajar más fácilmente con el lapislázuli para realizar pigmentos y utilizarlos en pinturas. Sin embargo, el alto coste de su importación (el lapislázuli de calidad solo se halla en lugares remotos, las minas más cercanas a Europa están en Afganistán).
Por ello, los egipcios idearon una solución: fabricar el primer pigmento sintético de la historia (CuCaSi4O10), que además tuvo un éxito comercial sin precedentes en la época. Obtenido mediante la fusión a unos 850ºC a través de la mezcla de arena silícea (SiO2), calcita (CaCO3), mineral de cobre (malaquita o azurita) y natrón, este último compuesto muy común en el antiguo Egipto en donde lo denominaban “Sal Divina”. El azul egipcio pudo nacer como una respuesta a la carencia del lapislázuli durante las dinastías II y III en Egipto.
Se sabe que el azul egipcio se conseguía mediante la mezcla de cantidades iguales de calcio y cobre y alrededor de un 4% de natrón. Si la mezcla entre calcio y cobre no era igual se creaban otros compuestos diferentes, pero no azul egipcio. Si había más cobre que calcio se formaba tenorita o cuprita, ambas de color negro y, por el contrario, si había más calcio que cobre se formaba una mezcla de wollastonita y cobre, lo que sería el verde egipcio.
Los egipcios consiguieron hacer una industria alrededor del azul egipcio que fue utilizado de forma habitual en paredes de templos y tumbas.
Diversos artesanos y pintores empezaron a utilizar azul egipcio tanto en oriente como en occidente, pero no de exportó de Egipto de la misma a forma. Mientras que a occidente llegó a través de intercambios comerciales, una transferencia de conocimiento, y no el comercio, lo acercó a oriente, pues en diversas excavaciones se han hallado composiciones diferentes a las utilizadas por los antiguos egipcios, de lo que se deduce que no fue producido en suelo egipcio.
A partir del 600 a.c. el azul egipcio sufrió una vulgarización en su uso, se abarató y empezó a utilizarse en ámbitos menos restringidos y no aristocráticos.
El azul egipcio también llegó a Roma bajo el nombre de caeruleum. En este caso, parece que hubo una trasnferencia tecnológica pues se han hallado restos de su fabricación en la ciudad de Pozzuoli, cerca de Pompeya. Su fabricación fue importante en esa zona, incluso llego a llamarse azul Pompeya, siendo utilizado en múltiples murales y paredes de dicha ciudad.
Sin embargo, la trasferencia tecnológica parece que no fue completa. Había un centro de producción primaria en la ciudad de Puzzuoli, y otros centros de producción secundaria distribuidos por el resto del imperio. Una vez fabricados los lingotes en Puzzuolli se distribuían por el resto de provincias (dependiendo de la seguridad de las rutas internas del imperio).
Cuando las rutas internas eran seguras el azul egipcio llegaba a diversas regiones del imperio, sin embargo, cuando estas rutas no eran tan seguras el azul egipcio llegaba con más dificultad. El azul egipcio llegó a las provincias romanas más alejadas (Galia, Hispania, Germania,…). Hay que recordar que este pigmento seguía siendo un símbolo de poder y riqueza.
Sin embargo, con la caída del imperio se pierde también la fórmula de azul egipcio, apenas se han encontrado unas pocas muestras de azul egipcio de los siglos V al XVIII. Aunque no se sabe exactamente por qué desapareció su uso, lo cierto es que posiblemente la receta de fabricación no se aplicara adecuadamente o que la fórmula no fuera correcta del todo.
Vitrubio publicó la receta en el año 1486, que ya aparecía en un libro de Heraclio titulado “De coloribus et artibus romanorum” y en el libro de Isidoro de Sevilla titulado “Origines”. En dicha fórmula se observa la faltade calcio en la receta, lo que tendría sentido pues la arena de Egipto, en la zona donde se inventó este pigmento, tiene un porcentaje alto de calcio, al igual que la zona de Pozzuoli. Por ello, es posible que aplicando la receta de Vitrubio en Egipto o en Pozzuoli fuera posible fabricar azul egipcio, pero solo porque en esas zonas el calcio de la arena es suficiente para completar el porcentaje de este compuesto en la fórmula.
El azul egipcio, como otro tipo de pigmentos, sufre una degradación ante diversos factores externos como el contacto directo con el agua. Esta degradación se denomina cáncer del cloruro de cobre, es muy habitual en zonas en las que el pigmento está en contacto con el agua y se caracteriza por una transformación del pigmento a verde (atacamita).
Es interesante conocer este tipo de degradación pues existe algún que otro caso curioso en el que se duda de este aspecto. Por ejemplo, es sabido que el manto de la virgen, al igual que los ropajes de personajes divinizados, se pintaba de azul, principalmente porque, como se indicaba anteriormente, era un pigmento asociado con el poder y la realeza, era el color de los dioses porque era caro y difícil de conseguir. Sin embargo, existe una excepción en el que el manto de la Virgen aparece pintado de verde. Es el de la Virgen de Guadalupe y se cree que puede ser verde no por ser su color original sino porque es un azul egipcio degradado. Lamentablemente, no se han podido realizar estudios sobre dicha obra. Aunque existen numerosos bulos acerca de una investigación de la obra realizada por la NASA, lo cierto es que nunca se ha dejado estudiar la composición de los pigmentos, presumiblemente, porque se hallarían pigmentos degradados como el azul egipcio, lo que no casaría con la visión sobrenatural que se le suele atribuir.