Un equipo de científicos encabezado por Barbara Huber del Instituto Max Planck de Geoantropología ha emprendido un proyecto pionero para recrear una fragancia milenaria utilizada en el proceso de embalsamamiento de una prominente dama egipcia hace más de 3500 años.

Este olor, apodado como «el aroma de la eternidad», será presentado en el Museo Moesgaard en Dinamarca en una próxima exhibición. Los visitantes tendrán la oportunidad única de experimentar un perfume del pasado y obtener una perspectiva directa sobre las prácticas de momificación del antiguo Egipto.

El estudio se centró en los ingredientes usados para preservar a Senetnay, una noble egipcia durante la dinastía 18, alrededor del año 1450 a.C. Para reconstruir este perfume perdido en el tiempo, el equipo empleó técnicas analíticas sofisticadas como cromatografía de gases-espectrometría de masas, cromatografía líquida-espectrometría de masas y cromatografía a alta temperatura-espectrometría de masas.

Actualmente, estos jarrones son custodiados en el Museo August Kestner en Hannover, Alemania. El equipo identificó que los bálsamos contenían una mezcla variada que incluía cera de abejas, aceite vegetal, grasas, betún, resinas (probablemente resina de alerce), una sustancia balsámica y resina del árbol dammar o Pistacia.

Este estudio subraya, además, las conexiones comerciales de los egipcios durante el segundo milenio a.C. Algunos de estos ingredientes importados incluyen resina de alerce, probablemente originaria del Mediterráneo septentrional, y posiblemente dammar, provenientes exclusivamente de árboles en los bosques tropicales del sudeste asiático. Si se confirma la presencia de resina dammar – como ha ocurrido con otros bálsamos recientemente identificados que datan del primer milenio a.C.-, sugeriría que los antiguos egipcios tenían acceso a esta resina del sudeste asiático mucho antes de lo que se pensaba.

Junto con la perfumista francesa Carole Calvez y la museóloga sensorial Sofia Collette Ehrich, el equipo logró recrear cuidadosamente el aroma basándose en sus descubrimientos analíticos.

Al revivir este aroma para su exhibición en el museo, el equipo espera proporcionar una experiencia inmersiva y multisensorial a los visitantes, permitiéndoles conectar con el pasado de una manera única. Este enfoque innovador no solo establece un vínculo temporal profundo, sino que también permite a las personas con discapacidad visual participar plenamente en la exposición, haciendo accesible los nuevos hallazgos sobre la momificación antigua para un público más amplio.

Se puede consulta el artículo científico original desde este enlace.

 

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