La soledad del puente
por Víctor Villapalos
La vida nos recuerda constantemente lo sometidos que estamos al azar, a la intemperie de la casualidad. Todo es aleatorio y frágil. Somos conscientes de ello cuando advertimos que apenas una pequeña variación en el discurrir de los acontecimientos que nos conducen nos hubiera llevado por caminos totalmente distintos, por sendas totalmente desconocidas.
No es necesario recordar que todos nacemos de una casualidad en la que nada hemos tenido que ver y, seguramente, nos iremos por circunstancias igualmente ajenas a nuestro control, en la mayoría de los casos.
Es todavía más desconcertante darse cuenta no solo de lo aventurado y fortuito del universo que nos rodea, sino de que esa circunstancia y todas y cada una de las conexiones y de las manifestaciones de los átomos que nos envuelven son, por norma, las que nos van modelando en cada momento: somos, en parte, el resultado de una circunstancia sobre la que pocas veces decidimos. Esa circunstancia es la que te ha traído hasta aquí para leer este párrafo en este preciso momento.
Sin embargo, que el azar rija una parte importante de nuestras vidas no significa que nuestros actos y nuestras decisiones no influyan. Por supuesto que lo hacen, y en muchas ocasiones de forma determinante. Pero sigue existiendo una parte azarosa y desconocida a través de la cual nos vemos obligados a navegar para llegar al siguiente puerto.
La infancia es la etapa de la vida en la que más expuestos estamos a la circunstancia. Todo lo que nos rodea nos ha sido entregado. Sin embargo nos pasamos la vida buscando sentido a experiencias que sucedieron porque el azar así lo quiso.
En este libro he tratado de reconocer esas olas fortuitas, de analizar las mareas que han generado el mundo bajo mi particular perspectiva. He tratado de reconocer el mar sobre el que he podido navegar por cabotaje durante todos estos años, tratando de sopesar la realidad en cada poema en el que me he permitido fondear.
Pasad y leed, aquí también están los dioses.
La soledad del puente
por Víctor Villapalos
La vida nos recuerda constantemente lo sometidos que estamos al azar, a la intemperie de la casualidad. Todo es aleatorio y frágil. Somos conscientes de ello cuando advertimos que apenas una pequeña variación en el discurrir de los acontecimientos que nos conducen nos hubiera llevado por caminos totalmente distintos, por sendas totalmente desconocidas.
No es necesario recordar que todos nacemos de una casualidad en la que nada hemos tenido que ver y, seguramente, nos iremos por circunstancias igualmente ajenas a nuestro control, en la mayoría de los casos.
Es todavía más desconcertante darse cuenta no solo de lo aventurado y fortuito del universo que nos rodea, sino de que esa circunstancia y todas y cada una de las conexiones y de las manifestaciones de los átomos que nos envuelven son, por norma, las que nos van modelando en cada momento: somos, en parte, el resultado de una circunstancia sobre la que pocas veces decidimos. Esa circunstancia es la que te ha traído hasta aquí para leer este párrafo en este preciso momento.
Sin embargo, que el azar rija una parte importante de nuestras vidas no significa que nuestros actos y nuestras decisiones no influyan. Por supuesto que lo hacen, y en muchas ocasiones de forma determinante. Pero sigue existiendo una parte azarosa y desconocida a través de la cual nos vemos obligados a navegar para llegar al siguiente puerto.
La infancia es la etapa de la vida en la que más expuestos estamos a la circunstancia. Todo lo que nos rodea nos ha sido entregado. Sin embargo nos pasamos la vida buscando sentido a experiencias que sucedieron porque el azar así lo quiso.
En este libro he tratado de reconocer esas olas fortuitas, de analizar las mareas que han generado el mundo bajo mi particular perspectiva. He tratado de reconocer el mar sobre el que he podido navegar por cabotaje durante todos estos años, tratando de sopesar la realidad en cada poema en el que me he permitido fondear.
Pasad y leed, aquí también están los dioses.
Índice
INTRODUCCIÓN 13
DISCULPAS SUICIDAS 15
EL POEMA INCIPIENTE 17
RECUERDO QUE ERA JOVEN 19
LOS AULLIDOS 21
LO QUE SÉ 22
EL ESPEJO 25
AMOR SIN ARCHIVAR 27
SER PADRE 28
TODO ESTÁ ESCRITO MENOS TUS MANOS 31
OJOS QUE HABLAN 32
EL PUEBLO 33
LA HUMANIDAD A LA DERIVA 35
LAS NUBES 37
LAS MANOS QUE DOMINAN EL MUNDO 38
EL VIENTO 39
40 ADOLESCENTE
41 RECUERDO FOSILIZADO
42 LA CULPA Y EL SECRETO
43 ENTRE LA BRUMA Y LAS ESTRELLAS
44 MEMORIA
45 EL MIEDO Y EL PUENTE
47 A PROPÓSITO DE LAS LÁGRIMAS
49 MADRID EN EL RECUERDO
51 MÁS ALLÁ DE LA PANCARTA
52 TRAICIÓN TECNOLÓGICA
53 EL PELIGRO DE LA INDIFERENCIA
55 ÁRBOL CAÍDO 55
56 SUBSISTIR EN EL DESENCANTO
57 EL INVIERNO DE MI INFANCIA
59 ROPA DE NUNCA
60 LA LUCHA
Índice
INTRODUCCIÓN 13
DISCULPAS SUICIDAS 15
EL POEMA INCIPIENTE 17
RECUERDO QUE ERA JOVEN 19
LOS AULLIDOS 21
LO QUE SÉ 22
EL ESPEJO 25
AMOR SIN ARCHIVAR 27
SER PADRE 28
TODO ESTÁ ESCRITO MENOS TUS MANOS 31
OJOS QUE HABLAN 32
EL PUEBLO 33
LA HUMANIDAD A LA DERIVA 35
LAS NUBES 37
LAS MANOS QUE DOMINAN EL MUNDO 38
EL VIENTO 39
ADOLESCENTE 40
RECUERDO FOSILIZADO 41
LA CULPA Y EL SECRETO 42
ENTRE LA BRUMA Y LAS ESTRELLAS 43
MEMORIA 44
EL MIEDO Y EL PUENTE 45
A PROPÓSITO DE LAS LÁGRIMAS 47
MADRID EN EL RECUERDO 49
MÁS ALLÁ DE LA PANCARTA 51
TRAICIÓN TECNOLÓGICA 52
EL PELIGRO DE LA INDIFERENCIA 53
ÁRBOL CAÍDO 55
SUBSISTIR EN EL DESENCANTO 56
EL INVIERNO DE MI INFANCIA 57
ROPA DE NUNCA 59
LA LUCHA 60
El miedo y el puente (pág. 45 del libro «La soledad del puente»)
El dato cierto de la luzes subjetivo Yolanda Pantin Cuando busque refugio en el mediodía de tu pelo, lejos del puente y de los miedos, apartado de los lagos violetas que han vuelto tan tristes los atardeceres, ¿qué pasará entonces? He vivido con miles de...
Recuerdo que era joven (pág. 19 del libro «La soledad del puente»)
Hubo un tiempo en que flores y fantasmasme acompañaban en los días de oro. José Luis Rey Recuerdo que era jovencuando sosteníamos la bóveda celeste.Los pantalones anchos,ceñidos al tumulto,nos acercaban los gritos de los bares. Éramos almas suspendidas en el...
Las manos que dominan el mundo (pág. 38 del libro «La soledad del puente»)
El mundo se codificaen unas manos que lo abarcan todo.Desafían a las mareas,a la química de los abrazosy siempre llegan prontoy nunca dejan nada. A la intemperie,en la espesa negrura de la duda,de frente al pensamiento,se revelan y nos muestran sus cartas. Son...
Sobre La soledad del puente
La soledad del puente es un libro que mira hacia el pasado, hacia una infancia lejana redescubierta a través de la paternidad. El autor se retrotrae hacia un espacio remoto plagado de momentos que marcaron su vida. Los revive a través de estos poemas en una serie de experiencias que ahora pueden ser reinterpretadas a través de los ojos de un adulto fascinado por la experiencia vital que vive junto a su hija. Como señala el autor, «Ser padre es descubrir un mundo nuevo o rescatarlo de la infancia en la que se te había perdido».
El libro se configura en treinta y un poemas, algunos de ellos acompañados de ilustraciones.
Víctor Villapalos (Madrid, 1977) es especialista en archivística y gestión documental, doctorando por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es director-gerente de la Sociedad Española de Documentación e Información Científica (SEDIC). Ha publicado con anterioridad otro poemario bajo el título Escéptico con Verso (2014).